lunes, 7 de mayo de 2012

LA DIFERENCIACIÓN REGIONAL

Los años del desarrollismo agudizaron la tendencia a la diferencia a regional, fruto del desigual reparto de la población y la riqueza, y dispararon los saldos migratorios. En la década de 1960 Andalucía creció sólo al 0,1% anual, mientras que España rebasaba la cota del 1%. Paradójicamente, el crecimiento español se nutrió en parte de los excedentes biológicos de la propia Andalucía, transferidos en forma de auténtica riada emigratoria hacia los destinos del norte y centro de España, a los que se añadieron ahora también los polos industriales de Europa Occidental: Alemania, Suiza y los países del Benelux. En la década de 1960, unos 850.000 andaluces emigraron. Por provincias, Jaén, Córdoba y Granada arrojaron las mayores tasas de emigración. Andalucía era todavía tierra de emigrantes a principios de la década de 1970, aunque, como consecuencia de la crisis del petróleo de 1973, la demanda de mano de obra empezó a disminuir y, por ende, la corriente emigratoria tendió a moderarse. Las salidas, no obstante, continuaron. En los primeros años de la década hasta 1975, todavía emigraron más de 300.000 andaluces