lunes, 29 de mayo de 2017

MANUEL RODRIGUEZ NOGUEROL PRIMER PREMIO POESIA CENTRO DE ADULTOS DE MOTRIL



1º Permio De poesía. EL BESO
Si por un beso te enfadas, ¿Que más te pueda yo dar? Si mis labios te desean ¿Por qué me quieres penar?
No es ofensa, que es caricia esta forma mía de amar. No me prives de este goce es el placer de besar, que tengo el alma en los labios y más no puedo aguantar.
Dale riendas al corazón y déjalo disfrutar, sedientos están mis labios de la miel de tu panal.
No me niegues este beso que anhela mi despertar. No nos prives de la vida, es tan corta, que quizas, los besos que hoy no te de jamás nunca, te pueda dar.
Autor: Manuel Rodríguez Noguerol




lunes, 9 de enero de 2017

SETAS Y HONGOS




La costa granadina, con sus 73 kilómetros de litoral, sus playas y pequeñas calas de aguas cristalinas en las que bañarse y tomar el sol, se presenta como toda una delicia para el ocio y el disfrute personal.

Además de las actividades náuticas en la zona costera, en los municipios de esta comarca existen enclaves naturales ideales para la práctica de otras actividades generadoras de ocio y turismo y complementarias a la época estival, como es el caso del turismo micológico.

No hay que olvidar que en nuestra franja costera tenemos destacados lugares de interés natural y micológico, como pueden ser toda la zona de la Alpujarra baja en su vertiente costera, como son los municipios de Lújar, Rubite, Sorvilán, etc., Sierra del Conjuro, Alcornocales de Lújar, Sierra de Lújar y por supuesto Otívar, que se encuentra situado al pie de la sierra de Cázulas y de la Almijara, enclavado en la comarca natural y formando parte del Parque Natural de la Sierra de la Almijara, Tejeda y Alhama.

lunes, 3 de octubre de 2016

NUESTRA RELACIÓN CON EL TELÉFONO



Nuestra relación con el teléfono ha cambiado radicalmente. La evolución física del aparato ha provocado cambios sustanciales en nuestra forma de relacionarnos con él. Por ejemplo antes se conversaba sentado o de pie, pero atado al aparato que estaba enchufado a la pared, y hoy se habla mientras se anda por la calle. Esto ha multiplicado el número de llamadas telefónicas, pues se suele aprovechar un viaje en autobús o una caminata a la intemperie para establecer una comunicación que, en el tiempo de los teléfonos fijos, no se hubiera hecho. En lugar de hacer llamadas compulsivamente desde el autobús, la gente leía  medio periódico, o veinte páginas de un libro.

Pero esta evolución física del aparato, además de sus irrefutables bondades, también nos ha venido a complicar la vida, sobre todo a esas personas mayores que ya han perdido el tren de la modernidad electrónica. Las oficinas de las compañías telefónicas están  llenas de gente mayor que se siente desamparada frente a este instrumento que és una irrupción del futuro en su apacible vejez, y que relatan unos casos angustiosos que requerirían  de la atención no de un técnico, sino de un psicólogo. El otro día, en los cinco minutos de cola que hice en unas de estas oficinas, oí a un técnico que le decía a un señor mayor que su móvil no funcionaba porque no tenía tarjeta SIM: “Pues pago con una VISA y  santas pascuas”, respondió el hombre muy resolutivo. Más allá otra señora, también mayor, preguntaba qué debía hacer para contestar al teléfono cada vez que sonaba, porque llevaba cuatro días sin poder utilizarlo. “Aprieta usted ésta tecla”, le enseñó el técnico, y ella se quedó mirando con desconfianza su teléfono, como si fuera un bicho.


                                                        Jordi Soler, El País (17/11/2015)